2. ¿Deberían estar las familias más presentes en las escuelas ?

Una de las cuestiones que están presentes en la educación de nuestros jóvenes es la pregunta qué muchos padres y tutores se plantean cuando sus hijos acuden al instituto. Siempre se hace mayor hincapié en la relación que ha de existir entre el profesor y el alumno, cómo deben tratarse entre ellos, la posición que ha de tener cada uno en esta relación, cuál es la mejor manera de que ambos salgan beneficiados... Muchos otros se cuestionan qué papel tienen que tener las familias en el entorno educativo y más en concreto, en la implicación qué tiene que tener un padre en su relación con la escuela o instituto. La comunicación padres-tutores o profesores es, en muchas ocasiones, vital para que los alumnos con más problemas en el instituto pueda recapacitar, le sirva de ayuda y lo tome como un toque de atención. Pero para otros puede ser simplemente un impedimento para el desarrollo de la autonomía que debe comenzar en esta etapa.

Esta mañana, mi grupo y yo debatíamos hasta qué punto es bueno que la comunicación que existe entre los padres y los profesores favorece al alumno. Lo primero que recalcamos fue la etapa en la que se encuentra el alumno. La adolescencia abarca de los 13 a los 18 años aproximadamente y la relación entre padres e instituto no va a ser la misma que si estuvieramos hablando de la relación entre los padres y un colegio (de primaria). El grado de implicación de los padres ha de ser diferente. La conclusión a la que llegamos tras debatir este tema, es que el alumno se encuentra en una etapa de formación, donde experimenta muchos cambios a nivel emocional, físico y psicológico. Como consecuencia, la adolescencia implica una serie de comportamientos que en muchas ocasiones reflejan las ganas de los jóvenes por ser independientes. Esto puede ser favorable cuando un alumno tiene una buena conducta y está madurando, pero puede no ocurrir lo mismo con un alumno al que las cosas no le van tan bien en el instituto o que su grado de madurez no sea el adecuado para su edad. Cada alumno es un mundo distinto y tiene unas características concretas y una situación diferente, pese a esto, pensamos que la relación entre los padres y los institutos debe ser la justa y necesaria, puesto que se trata de una etapa de aprendizaje para los adolescentes.

¿Qué opináis vosotros/as? ¿Debería haber una mayor implicación por parte de los padres o deberíamos dejar a los adolescentes que desarrollen sus capacidades de independencia y autonomía? 

¡Os leo!