18. Mi tutor ideal

 ¡Hola a todxs! 

En la clase de hoy hemos intentado encontrar los adjetivos más importantes que pueden definir a un buen tutor. Aunque es una tarea muy díficil, todos los grupos que hemos participado en esta actividad hemos puesto en común y compartido puntos de vista muy similares.

En nuestro grupo hemos destacado la importancia de que un tutor sea una persona PACIENTE, ya que muchos de nuestros alumnos tendrán situaciones díficil y comportamientos no deseados, pero ante todo tenemos que mantener la calma.

Otro adjetivo que hemos resaltado es el de la empatía, para ser un buen tutor tienes que ser EMPÁTICO, siempre poniéndote en la piel de los demás, en este caso de los alumnos.

Un adjetivo que no puede faltar en esta lista es el de RESPETUOSO. El respeto es la base de toda relación entre las personas, y es la pieza fundamental para que la relación tutor-alumno funcione.

Cabe destacar también que un tutor tiene que ser ASERTIVO. La asertividad en las personas es una característica clave que se relaciona con la empatía, la capacidad que tienes de decir las cosas de una forma correcta siempre adecuando al mensaje hacia el alumno.

No puedo dejar el adjetivo de APASIONADO sin mencionar. Mostrar pasión por lo que haces es lo mínimo que puedes hacer cuando eres tutor. Si a los alumnos les transmites esa pasión, sabrán que pueden confiar en tí y que eres un tutor que se preocupa por sus alumnos.

Por último pero no menos importante, me gustaría destacar el adjetivo que más hemos comentado hoy en nuestro grupo de trabajo, que es CAMALEÓNICO. Es decir, saber cambiar la actitud cuando ves algo que no te gusta. No puedes dejar que una opinión negativa o una acción de un alumno condicione la forma en que lo vas a tratar en posteriores ocasiones. Hay que tener claro como tutores que vamos a ser, que en muchas ocasiones vamos a encontrarnos con situaciones de lo más variopintas, y hay que saber adaptarse.

Creo firmemente que estos adjetivos son solo algunos ejemplos de los muchos que podrían definir a un tutor ideal, pero he querido recalcar estos porque son los que más me gustaría poseer algún día cuando sea tutora de un grupo de alumnos.

Con esto y un bizcocho, ¡termino la entrada dieciocho! ¡Hasta la próxima!